INSPIRACIÓN                                          

El poeta disfruta la espera,

aguardando el momento genial,

ese instante de gloria placentera

que no puede lograr, lo venal.

Ya está pronta la hora sublime,

lo sabe y espera callado,

que despierte ese don, que en él vive.

El instante sutil, ha llegado,

de su mente nacen por encanto,

las palabras de un nuevo poema;

Un papel, blanco manto

de su humilde mesa de poeta,

se abre franco a su mano temblorosa

y por una larga y ancha veta,

comienza a surgir al fďn la prosa.