POEMA FINAL A MI MADRE                                     

 Agoniza tu lugar en el tiempo


y tu alma de alas brotada,


no está yá, prisionera del cuerpo.


Se dirige a su nueva morada.


De toda materia te alejas


e ingresas en un mundo distinto,


sin pena, dolores ni quejas.


atraviesas en paz, celestial laberinto.


No estás sola en tu viaje inmortal,


hay más almas con tu mismo destino;


Mariposas de Dios. A ti ván.


Habitarán tu reino divino.


-Aquí estoy- en la tierra aguardando,


Disfrutando a otros seres queridos.


Esperando que Dios, como a tí, madre mía,


de esta vida me reclame algún día.